Somos lo que exploramos, lo que experimentamos y vivimos. Pero también lo que contamos.
Somos lo que exploramos, lo que experimentamos y vivimos. Pero también lo que contamos.

El desierto

Hay quien siempre tiene la certeza de que ya lo ha visto todo y que nada puede llegar a sorprenderle a estas alturas de la peli. Yo no tengo esa certeza. Nunca la tuve y espero no tenerla nunca. De hecho, me gusta dejarme sorprender; la sorpresa es como si todavía nos quedara un último resquicio de esperanza que nos pudiese hacernos sentir un poco más vivos. Y yo, desde luego cada vez me siento más vivo; o al menos intento disfrutar más cada experencia vivida.
Cuando digo que últimamente mis pies ya no se queman cuando piso la arena del desierto, sin duda es porque, cada vez más, tengo claro que las cosas y las personas más importantes que hay en mi vida me ayudan a pasar con total solvencia esas travesías por desiertos que abrasan, y que en otras circustancias me habrían dejado tirado en medio de la nada como un perro moribundo. Esto algunos lo llamarían Fé. Puede ser. Desde luego la frase es una libre interpretación de un pasaje de la vida de Jesús.. creo… en este caso, mi Fé son las personas que me rodean y quiero.

A veces me aburro un poco a mí mismo por volver a este tipo de reflexiones. Pero creo que no es malo revisar, analizar y repensar los momentos vividos en el pasado y en el presente.
En el presente porque me sirve para seguir admirándote y sorprendiéndome al ver tu valentía. Para seguir adelante cuando me complicas la vida; y mira que me la complicas, jodido cabrón. Para seguir adelante mano a mano pese a todo, y sobre todo pese a tu constancia, en ocasiones locura aventurera. . y sobre todo cabezonería. Sigo adelante para que tu travesía también sea llevadera, para que sea posible compartirla y hacerla tan visible que descoloca a los demás. Eso incluso a en ocasiones hasta resulta divertido. A veces te odiaría, pero lo que hay es lo que es. Poco a poco voy aprendiendo que luchar contra los elementos no sirve de nada. Mejor respirar hondo y dejarse llevar. Coger bien la ola y no tener problema en seguir adelante… aunque a veces no sepa a donde vaya. Al final, como siempre encontramos los caminos y sobre todo sabemos cómo caer de pie. No me digas cómo, pero joder que lo conseguimos. Eso sí… con lecciones aprendidas que nos permitan mejorar.
Tengo que decir que estoy aprendiendo mucho contigo en estos dos últimos años y espero seguir aprendiendo todavía más. También espero que tu también hayas aprendido algo de mí.. no se el qué… pero cóño… seguro que yo a tí tampoco te dejo indiferente. Y mira que soy predecible.

Cerrando… no se si el mesías volverá de nuevo.. pero seguro que no toca tan bien la guitara como lo hace Roy Buchanan. En todo caso siempre hay un camino a la derecha.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

I accept that my given data and my IP address is sent to a server in the USA only for the purpose of spam prevention through the Akismet program.More information on Akismet and GDPR.

4 ideas sobre “El desierto”