Somos lo que exploramos, lo que experimentamos y vivimos. Pero también lo que contamos.
Somos lo que exploramos, lo que experimentamos y vivimos. Pero también lo que contamos.

Buñuelos para el chocolate

Si pregunto qué podemos esperar de la política estoy seguro que la myoría de la gente contestará «nada»; y si pregunto que podemos esperar de las personas… pues no me extrañaría que más de uno se lo pensara un tiempo antes de contestar. El pesimismo y la decepción calan con facilidad y no corren tiempos para creer en la bondaz de los desconocidos.
Yo estoy decepconado con la política y sobre todo de aquellos con los que he compartido política… pero inevitablemente sigo llevando la política muy dentro… y sobre todo todavía me quedan semejantes con quien seguir compartiendo algo de esa política. No se si es masoquismo o qué se yo… pero no lo puedo evitar.
Sí intento evitar malgastar el tiempo en reuniones, asambleas y demás espacios donde hay que aguantar tanto impresentable cuyo ombligo disfruta escuchándose así mismo y sin para de decir infinidad de estupideces que no llevan a ninguna parte y solo terminan generando conflicto y mal rollo entre las cercanos.
Si tuviera que enumerar la cantidad de personas con las que compartí militancia política y con la que llegué a fraguar una buena relacción de amistad me quedo solo contándolas… de todas ellas me quedan cuantro contadas.. el resto se perdieron por el camino con el pretexto de excisiones, cambios de parecer, pérdidas de confianza y sobre todo por pérdidas de la razón, la cordura y el mismísimo norte. Aunque en el caso de algunos era cuestión de tiempo por razones genéticas o algo parecido.
Y ahora qué… pues uno sobrevive con la esperanza de que al menos las cuatro prsonas con las que comparte algo no terminen igual que las anteriores. Uno sobrevive pese a los amagos de desligarse de todo porque no soporta la mezquindaz de los que llevan las riendas y sobre todo porque no soporta que hagan daño y no tengan ningún tipo de respero por personas que como mínimo se merecen un hueco más digno en todo este circo. Y precisamente no me desligo porque me siento en la resposabilidad de seguir al lado de estas personas que realmente sí se merecen ese hueco digno y sobre todo ese respeto por la labor realizada durante los últimos 15 años y que siguen realizando pese a todo. Labor como la de seguir generando espacios y situaciones que te animan a seguir. Espacios de cariño, de calor y comprensión, de humildad (muy importante) de saber estar y de saber tratar. Espacios que se hacen en torno a un chocolate, a una tarde encendida de luz.. como la luz del sol de invierno. Espacios que nos ayudan a ver las cosas con una brizna de optimismo por un futuro siempre mejor. Espacios como este «Chocolate Party» que no deja de ser una tarde de merienda donde las personas nos reunimos para compartir y aportar. Por eso estoy aquí, que, aunque deje de estar en otros sitios, tengo la certeza de que quiero estar aquí. Y animo a todas y a todos los demás a que se vengan, y compartan también sus inquietudes y sus esperanzas.. y también sus desesperanzas y protestas por que para el calor y la templanza ya estamos los demás. Por supuesto nada como recuperar en este espacio y volver a reencontrarse a otros que se fueron en lo físico o se alejaron en lo personal. Que nunca es tarde y siempre hay tiempo para regenerarse del daño que nos hicimos.
Zorionak Hermana Corleone por esta iniciativa. Aquí una comadre dispuesta a hacer ganchillo y buñuelos envenenados.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

I accept that my given data and my IP address is sent to a server in the USA only for the purpose of spam prevention through the Akismet program.More information on Akismet and GDPR.

3 ideas sobre “Buñuelos para el chocolate”