A piece of sky

«En una dinámica puesta en escena reflexiona sobre el pasado y , sobre todo, declara que necesita abrirse al futuro, echar a volar. Quedándose donde uno está, siempre se tiene una visión limitada de la realidad. Uno sacrifica la seguridad de una vida hecha de certidumbres por la incógnita de lo que la experiencia, aceptada sin engaños puede traer. Entonces descubre que el mundo es mucho más ancho de lo que jamás sospechó.»

No he podido evitar extraer este párrafo del libro que estuve re-leyendo la semana pasada en Laredo, «Londres para corazones despistados» de Alberto Mira.

El escritor nos habla, poniendo como ejemplo el final de la película «Yentl» en que Barbra Streisand canta «A piece of sky» mientras parte a un nuevo mundo, de la necesidad de cambiar de aires en determinados momentos de la vida en que uno siente que algo se mueve por dentro. Es en esos momentos, cuando el miedo se aferra en la boca del estómago y te paraliza y te deja casi sin poder respirar. Pero es precisamente en ese momento cuando hay que dar el golpe en la mesa y levantarse.

Una vez escuché a un ben tipo que, al menos tres veces en la vida, hay que pararse, revisar hasta donde se ha llegado, y si es necesario replanteárselo todo y dar un giro necesario. En algunas ocasiones las cirscunstancias te obligan a ello, pero otras simplemente pueden ser un buen ejercicio. Yo de momento ya lo he hecho dos veces y con la perspectiva del tiempo creo que los pasos fueron acertados.

Todo esto tiene mucho que ver con la marcha de una persona especial a la que se le va a echar de menos, aunque no tanto, porque sabe que nos va a tener de visita por Madrid más de lo que se imagina…

«No le temas a nada… siéntete bien contigo mismo, que la felicidad vendrá sola».