Somos lo que exploramos, lo que experimentamos y vivimos. Pero también lo que contamos.
Somos lo que exploramos, lo que experimentamos y vivimos. Pero también lo que contamos.

Conversaciones…

Supongo que uno no deja de sorprenderse pese a la edad de lo importante que puede resultar una conversación en medio de un momento vital de la vida por la que pasa. Conversaciones recuperadas de la distancia, de reencontrarse con el buen tono y el contacto con tus más íntimos. Y entre caña y caña ver que pese a la distancia todo sigue en su lugar. Y descubrimos que muchos pasamos por un momento vital, impacientes por desprendernos de la mediocridad y buscamos y compartimos ideas que nos llevan a un anhelo de independencia por hacer lo que verdaderamente nos apetece sin depender de auténticos gilipollas. Esas conversaciones…
También nos topamos con conversaciones que te ayudan a crecer y comprender que cuando compartes un proyecto político, no hay nada como salir fuera de tu entorno y ver que en diferentes lugares, personas muy distintas a ti tienen algo en común, y juntas podemos pensar en que todavía queda algo de esperanza en un futuro mejor y ganas de hacer las cosas bien y de forma coherente. De verdad… No hay nada como salir fuera y dejarse empapar. 
Y qué decir de esas personas que desde la intuición, todavía consiguen ver en uno algo que rescatar y depositan un fondo de confianza que hace que a uno lo recarguen de energía y seguridad. Todos necesitamos de vez en cuando ese profundo abrazo que te lleva al lugar de los elegidos. Y este fin de semana si algo he hecho es fundirme en abrazos. Gracias por la confianza depositada. Espero estar a la altura.
Esas conversaciones, esos abrazos, esos momentos de complicidad… lo ayudan a uno a sentir que, además de no estar solo, puede ir por la vida con la cabeza bien alta y con un poco de dignidad. palabra que últimamente no hago más que ver como es pisoteada y ocultada detrás de la sombra de la necesidad. Se podría echar la culpa de esta mala práctica a un asesino difuso que nadie puede ver… como los llamados mercados… pero no… algunos por desgracia tienen nombres y apellidos y están demasiado cerca.
Mañana puede ser un día cualquiera… o el primer día de una nueva etapa. En cualquier caso hagamos que sea único porque lo que hagamos lo convierta realmente en único.

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