Somos lo que exploramos, lo que experimentamos y vivimos. Pero también lo que contamos.
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CUATRO AÑOS AL LADO DE MUGALARI


I


El hombre que me ame
deberá saber descorrer las cortinas de la piel,
encontrar la profundidad de mis ojos
y conocer la que anida en mí,
la golondrina
transparente de la ternura.

II

El hombre que me ame
no querrá poseerme como una mercancía,
ni exhibirme como un trofeo de caza,
sabrá estar a mi lado
con el mismo amor
con que yo estaré al lado suyo.

III

El amor del hombre que me ame
será fuerte como los árboles de ceibo,
protector y seguro como ellos,
limpio como una mañana de diciembre.

IV

El hombre que me ame
no dudará de mi sonrisa
ni temerá la abundancia de mi pelo
respetará la tristeza, el silencio
y con caricias tocará mi vientre como guitarra
para que brote música y alegría
desde el fondo de mi cuerpo.

V

El hombre que me ame
podrá encontrar en mí
la hamaca para descansar
el pesado fardo de sus preocupaciones
la amiga con quien compartir sus íntimos secretos,
el lago donde flotar
sin miedo de que el ancla del compromiso
le impida volar cuando se le ocurra ser pájaro.

VI

El hombre que me ame
hará poesía con su vida,
construyendo cada día
con la mirada puesta en el futuro.

VII

Por sobre todas las cosas,
el hombre que me ame
deberá amar al pueblo
no como una abstracta palabra
sacada de la manga,
sino como algo real, concreto,
ante quien rendir homenaje con acciones
y dar la vida si necesario.

VIII

El hombre que me ame
reconocerá mi rostro en la trinchera
rodilla en tierra me amará
mientras los dos disparamos juntos
contra el enemigo.

IX

El amor de mi hombre
no conocerá el miedo a la entrega,
ni temerá descubrirse ante la magia del
enamoramiento
en una plaza pública llena de multitudes
Podra gritar —te quiero—
o hacer rótulos en lo alto de los edificios
proclamando su derecho a sentir
el más hermoso y humano de los sentimientos.

X

El amor de mi hombre
no le huirá a las cocinas
ni a los pañales del hijo,
será como un viento fresco
llevándose entre nubes de sueño y de pasado
las debilidades que, por siglos, nos mantuvieron
separados
como seres de distinta estatura

XI

El amor de mi hombre
no querrá rotularme o etiquetarme,
me dará aire, espacio,
alimento para crecer y ser mejor,
como una Revolución
que hace de cada día
el comienzo de una nueva victoria.

Todavía recuerdo una noche en la casa de Rosa, apenas llevábamos un mes… cuando terminábamos en camas prestadas para gozar de nuestra intimidad, ella nos empezó a leer estos versos de Gioconda Belli con su voz serena y grave, castigada por el tabaco…. y yo no pude evitar emocionarme de tal manera…. que en el mismo instante supe que no podría describir mi amor por el de ninguna manera mejor que con estos versos… me di cuenta de que me había enamorado de el y por primera vez quería estar con alguien el resto de mi vida.

Cuatro años después… sigo recordando aquel 15 de Marzo como el mejor día de mi vida… porque cambió todo de golpe con solo mirarle, no evitamos la guerra con aquella manifestación en la que el destino quiso que nos encontrásemos…. pero sigo a su lado dispuesto a salir a la calle para conseguir un mundo un poco mejor…


Te quiero pibe…

PD: Una casualidad importante…. hoy 15 de marzo es también la fecha en que vuelvo acoger el alta médica. Una casualidad que también va a implicar muchos cambios importantes porque me voy de la empresa en la que estaba…. pero eso ya es otro tema del que hablaré otro día…

 

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