Tomando por fin perspectiva de las fechas navideñas, que siempre saturan y no dejan mucho hueco, más que para disfrutar de las amistades y los seres queridos. Cierto que en el sistema paralelo los pensamientos más espesos siguen pasando y dejando un poso que es necesario destilar para clarificar lo recorrido a lo largo del año que se termina y lo pendiente por recorrer.
Y donde me encuentro yo recién empezado el año?
Pues en medio de un río sin terminar de llegar a ninguna orilla. La orilla a la que he estado acudiendo diariamente enlos últimos años no tiene un dique lo suficientemente sólido donde arribar. Es líquida y se mezcla con el río perdiendo totalmente la referencia que había sido. Allí solo quedan los recuerdos de lo que fue y el prestigio o referente de lo que se supo hacer bien… y alguna persona a la que le debo tanto, que no tengo manera de agradecerle lo importante que ha sido tenerla a mi lado. Una persona con la que sin duda todavía quedan por hacer muchos proyectos y con la que tengo la oportunidad de arriesgar, volar… coger el bote y salir al río de vez en cuando para compartir experiencias con personas que llevan un rumbo más sólido y sirven de faro o personas que llevan rumbo parecido al mío, pero juntas nos ayudamos a clarificar ideas y ver más allá de la niebla. La sensación de ir a la deriva es ya una realidad a la que nos está llevando la inoperancia, la torpeza y el despropósito.
En ocasiones sigo teniendo cierta esperanza en el equipo. Al fin y al cabo… desde que falleciera nuestro capitán hemos conseguido sobrevivir y salir a flote de las peores situaciones imaginables. Tengo la certeza de que es un equipo capaz de reaccionar y ponerse a la altura de cualquier circustancia adversa. Pero hay un punto débil que afecta directamente a su línea de flotación. La división, la fragmentación física e intelectual marcada por múltiples intereses o manereas de ver las cosas. Una fragmentación marcada por el miedo y las inseguridades de unos y el riesgo y las ganas de volar de otros, que generan tal brecha, que solo pende de un hilo de supervivencia la ruptura total. Es un hilo muy fino… pero es curioso lo elástico que puede llegar a ser y lo bien que se ha portado hasta ahora. Alguna vez me gustaría saber de que pasta o materia especial está formado porque no sabe cuanto le debemos. Imagino que su composición lleva algo muy especial de cada una de las personas que formamos ese equipo. Y me atrevo q creer que un componente muy importante es sin duda el emocional.
Aún así, por alguna extraña razón sigo creyendo y tengo la certeza de que todavía nos quedan grandes cosas por demostrar. Y lo haremos.
Y la orilla opuesta?? esa es la orilla deseada.. la orilla donde las cosas cogen perspectiva y proyección y hay un montón de posibilidades dispuestas a ser tomadas siempre y cuando el desembarco sea ordenado y bien planificado. Cruzar un río con una gran corriente no es nada fácil… de ahí que todavía diga que estoy en mitad de el. Esa es la clave de este año que empezamos. La clave de la transición. El reto sin duda es no hundirse en el intento. Saber coger bien las corrientes y dejarse llevar lo suficiente como para avanzar… pero siempre teniendo visible el destino y sabiendo marcar los tiempos. Creo que llevo a los compañeros adecuados (todo un descubrimiento), creo que llevo una buena dosis de experiencia en la mochila… y lo más importante.. una interesante red compuesta de amistades, familia, pareja 😉 y entorno profesional con la que permitirme dar un salto definitivo y poder hacer aquello que de verdad quiero hacer.
Pronto iremos contando por aquí cosas nuevas que compartir… este blog lleva abierto desde el 2006 y en el he dejado todo tipo de sentimientos y vivencias cruzadas con la necesidad de soltar aquello que más necesitaba sacar de mi. Siempre con la sinceridad y la apuesta de no dejar nada en el tintero para no mezclar la savia nueva con lo desechable. Como siempre gracias a todas y todos los que me acompañáis. Seguiremos un año más dando mucha guerra. Seguiremos haciendo que cada momento sea único y especial.